Biología/Geología 1º Bachillerato/ Instituto Bidebieta, San Sebastián.
BIODIVERSIDAD: Reinos
y Dominios. Clasificación y nomenclatura
de los grupos principales de seres vivos.
El Reino Protista (ó
Protoctista)
Dr. Miguel Ibáñez Artica.
Los Protistas agrupan a los seres vivos
eucariotas unicelulares y también los organismos vegetales que no presentan
células diferenciadas en tejidos. Así se da la curiosa circunstancia de que a
este grupo pertenecen los protozoos y algas microscópicas del fitoplancton, así
como también algas gigantes como Macrocystis
pyrifera que alcanza los 50 metros de longitud y puede crecer más de medio
metro al día.
Figura 1.- Algunos
ejemplos de organismos protistas. Arriba células microscópicas de fitoplancton
y un protozoo ciliado; abajo el alga parda gigante Macrocystis pyrifera.
La sistemática del Reino Protista es
bastante compleja (Figura 2), por lo
que nos limitaremos a enumerar algunos de los grupos incluidos en este reino
como los “Protozoos”, Diatomeas, Dinoflagelados y Macrofitos (algas
clorofíceas, feofíceas y rodofíceas).
Figura 2.- Clasificación
moderna del Reino Protista.
Figura 3.- Tipos de
Protozoos.
Protozoos: Considerados
tradicionalmente dentro del Reino Animal, son organismos unicelulares
eucariotas heterótrofos. Se pueden clasificar en cuatro grupos:
-Rizópodos o amebas:
Presentan desplazamiento por seudópodos, hay muchas especies de vida libre pero
otras son parasitas como Entamoeba
histolytica que produce 50 millones de infecciones al año en países
tropicales, provocando más de 70.000 muertes.
-Ciliados: Presenta el
cuerpo cubierto de pequeños cilios que le sirven para la locomoción. Viven
preferentemente en aguas dulces y son fácilmente observables al microscopio en
una muestra de agua estancada. Una de las especies más comunes es el paramecio,
con una característica forma de zapatilla. Otros como el género Vorticella, presentan un pedúnculo con
el que se sujetan al sustrato.
Figura 4.- Dibujo
esquemático de un Paramecio señalando sus artes y fotografía de un ejemplar de Vorticella.
-Flagelados: Los
Flagelados o Mastigóforos presenta uno o más flagelos largos que le sirven para
desplazarse. Algunas especies pueden parasitar al hombre produciéndole
enfermedades como la denominada “enfermedad del sueño” ocasionada por la
especie Trypanosoma brucei.
Dentro de este grupo encontramos organismos
autótrofos, antiguamente incluidos en el Reino Vegetal, los Dinoflagelados, muy abundantes en el
fitoplancton marino y que poseen largos apéndices silíceos. Algunas especies
producen toxinas y son responsables del fenómeno conocido como “mareas rojas”.
Figura 5.-
Dinoflagelados, a la derecha Gonyaulax,
responsable de las “mareas rojas”.
-Esporozoos: Los esporozoos
son parásitos, algunas especies del género Plasmodium
producen enfermedades como la malaria o paludismo, que causa más de 500
millones de casos de fiebre aguda en la población infantil y más de dos
millones de muertes, sobre todo en países del tercer mundo. El protozoo se
transmite por la picadura del mosquito Anopheles.
Figura 6.- Plasmodium en una muestra de sangre
infectada, y picadura del mosquito Anopheles.
Diatomeas: Las diatomeas
son algas unicelulares y son uno de los tipos más abundantes del fitoplancton
marino. Están rodeadas por una pared de sílice con aspecto de pequeña cajita, denominada
frústula.
Figura 7.- Diatomeas
vistas al microscopio óptico y electrónico.
Algas
macrófitas: Son
organismos pluricelulares, a veces de gran tamaño, pero que al carecer de
células diferenciadas en tejidos, actualmente son consideradas dentro del Reino
Protista.
Tradicionalmente se dividían en tres grandes
grupos en función de su coloración, las clorofíceas
o algas verdes, las feofíceas o
algas pardas y las rodofíceas o
algas rojas.
Figura 8.- Algas
clorofíceas. En la parte inferior el “alga asesina” y su distribución en el
Mediterráneo.
-Clorofíceas: son algas de
color verde y que viven a poca profundidad, de aspecto laminar (Ulva), tubular (Enteromorpha) o cilíndrico (Codium).
La especie tropical Caulerpa taxifolia (originaria
de mares cálidos de China y Filipinas) fue introducida en Alemania por el
acuario de Stuttgar como decoración en 1950, y se “escapó” del Acuario de
Mónaco (dirigido por Cousteau) en 1984 invadiendo el Mediterráneo y eliminando
las praderas de la fanerógama marina Poseidonia.
Llegó a Mallorca en 1992. En el 2004 se estima una ocupación de 5.000
hectáreas. Se propaga adherida a las anclas de embarcaciones de recreo. Esta
especie ha sido bautizada como “alga asesina”, ya que para evitar depredadores
emite una toxina denominada “caulerpina” que mata los pequeños animales que
vienen a refugiarse entre las algas.
-Feofíceas: Las
algas pardas suelen tener un gran tamaño y son más abundantes en mares fríos.
Según Whittaker (1975) los bosques de algas pardas gigantes son los ecosistemas
más productivos con 2500 gramos de carbono por metro cuadrado y año, veinte
veces superior a la del mar abierto tiene una productividad de tan solo 125-140
gramos de C por metro cuadrado y año. Algunas (Macrocystis
spp.) pueden crecer hasta 60 cm. al día.
Figura 9.- Algas
Feofíceas.
Una especie “invasora” de alga parda,
actualmente presente en la costa vasca, es el sargazo japonés (Sargassum muticum), introducido el año
1944 en Canadá y en 1973 en Inglaterra. En la década de los 60 del siglo veinte
apareció en Francia con las importaciones de ostra japonesa, y finalmente en
1985 se detectó su presencia en el puerto de Guetaria. Actualmente los
ejemplares de mayor tamaño pueden verse durante el verano, en la zona protegida
de la playa de Fuenterrabía.
Figura 9.- El sargazo japonés (Sargassum
muticum) y su distribución geográfica actual.
-Rodofíceas: Las rodofíceas
o algas rojas, tienen carotenos y otros pigmentos, además de la clorofila, lo
que les da una tonalidad anaranjada o rojiza. Numerosas especies producen
carbonato cálcico y este grupo de algas abunda en mares tropicales. Una especie
de interés comercial es el Gelidium
sesquipedale que se distribuye entre los 3 y 15 m de profundidad, con
máximos en torno a los 6 m. De esta especie se extrae un polisacárido
denominado “agar agar” de uso culinario e industrial.
Figura 10.- Algas
rodofíceas.
Las algas
macrófitas como indicadores biogeográficos en la costa vasca.
Como señalamos, las algas pardas (Feofíceas) son
más abundantes en mares fríos, mientras que las algas rojas (Rodofíceas) son
frecuentes en mares tropicales.
Si consideramos el cociente R/F, siendo R el
número de especies de algas rojas, y F el número de especies de algas pardas en
una región, obtenemos valores de 0,5 en el Norte de Europa, y de 2,5 en
Asturias, Galicia y Portugal. En la costa vasca los valores oscilan entre 3,2
en Vizcaya, 3,5 en Guipúzcoa y 4,3 en la costa vasco-francesa, valores
parecidos a los que pueden encontrarse en las costas europeas del Mediterráneo.
En la costa vasca están ausentes las grandes algas pardas, características del
resto del Cantábrico, y por el contrario abundan numerosas algas rodofíceas
calcáreas, como Lithophyllum tortuosum,
típicas del litoral Mediterráneo.
Figura 11.- El índice R/F
como indicador biogeográfico.
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